La corresponsabilidad de los cuidados: una apuesta feminista por la igualdad

En nuestras sociedades, el trabajo de cuidar ha sido históricamente invisibilizado, desvalorizado y delegado casi exclusivamente a las mujeres. Cuidar implica mucho más que un gesto amoroso, significa sostener la vida cotidiana. Cocinar, limpiar, atender a niñas y niños, cuidar a personas mayores o con discapacidad, acompañar emocionalmente, organizar el hogar… son tareas fundamentales para el bienestar colectivo, pero que no reciben salario, descanso, ni reconocimiento.

Este trabajo, que las estadísticas llaman “no remunerado”, sostiene la economía, la salud y la cohesión social. Sin embargo, en El Salvador y muchos países de la región, sigue recayendo desproporcionadamente sobre las mujeres, especialmente sobre aquellas que viven en condiciones de pobreza, son jefas de hogar, tienen empleos precarios o informales.

Frente a esta realidad, desde Mujeres Transformando, afirmamos: cuidar es una responsabilidad compartida. Llamamos corresponsabilidad de los cuidados, una reorganización profunda del sistema actual para que el cuidado no sea una carga individual ni exclusivamente femenina, sino una tarea distribuida entre el Estado, el sector privado, la comunidad y las familias.

¿Por qué hablar de corresponsabilidad?

Porque cuando los cuidados no se distribuyen equitativamente:

  • Las mujeres cargan solas con múltiples responsabilidades.
  • Tienen menos tiempo para descansar, estudiar, trabajar o participar en sus comunidades.
  • Se agravan las desigualdades de género y se perpetúa el ciclo de la pobreza.

La corresponsabilidad no es solo un concepto, es una demanda urgente de justicia social y de género. Implica que:

  • Los hombres se involucren activamente en las tareas domésticas y de crianza.
  • El Estado garantice servicios públicos de cuidado accesibles y dignos (guarderías, centros para personas mayores, apoyos a personas con discapacidad).
  • La empresa privada ofrezca condiciones justas, con licencias igualitarias y jornadas compatibles con la vida personal y familiar. Y además, que a través de sus programas de responsabilidad social, asigne recursos materiales y financieros para la creación y puesta en marcha de los CAPI, para las y los hijos de sus operarias.
  • Las comunidades se organicen en redes solidarias que reconozcan y acompañen a quienes cuidan.

Hacia un sistema nacional de cuidados

En el Observatorio para el Monitoreo de la Situación de Violencia Contra las Mujeres y Niñas (VCMN), de Mujeres Transformando, colocamos el tema de los cuidados en el centro del debate público. Porque entendemos que sin justicia en los cuidados, no hay igualdad posible.

Reivindicar la corresponsabilidad es también defender el derecho de todas las personas —y especialmente de las mujeres— a tener tiempo, autonomía, bienestar y dignidad. Significa construir un país donde cuidar no sea una carga, sino una tarea compartida que fortalece nuestra vida colectiva.

¡Los cuidados, también son un derecho! Hablemos de corresponsabilidad, construyamos igualdad.